Hace unas semanas abordé la lectura de dos libros en simultáneo, uno de ellos aborda la forma en que uno como ser humano puede contextualizar el sentir, las emociones y las vivencias; el otro, aborda historias de personas que pasan por un consultorio de psicoanálisis, según cada caso, es así como poco a poco se muestra la manera en que estas personas y el psicoanalista, se escabulleron y abordaron la trama de cada historia de vida en un diván. Llevar la lectura de ambos libros, me invitó a cuestionarme lo siguiente: ¿Cómo puedo estar bien conmigo mismo? y por consiguiente, ello me llevo a la siguiente premisa: ¿Qué es estar bien con uno mismo?
En respuesta a este último cuestionamiento, pues me permito decir que estar bien con uno mismo, proviene del momento donde nos hayamos hecho cargo de todo aquello que nos incomoda, ya sea del pasado o del presente, pero sobre todo del pasado, porque eso significa ya no estar arrastrando una historia, que puede venir quizá desde la niñez, como nuestros vínculos que enlazamos con la familia nuclear, las primeras interacciones con personas “desconocidas”, etc.
Así comencé con empaparme más sobre el tema, y poco a poco he venido aprendiendo ciertas directrices, las cuales son básicas en el ansiado bienestar que buscamos como seres humanos. Cabe resaltar que es una chamba mega intensa e inmensa, debido a que demanda mucho trabajo personal y, sobre todo, compromiso. Por eso como preámbulo, puedo decir que estas líneas no van desde lo que he podido leer, escuchar o asimilar, sino más bien desde la puesta en marcha con acciones y determinación.
Uno debe comenzar, identificando aquello que le hace bien y que no le hace bien. Después nos damos paso a elegir, siendo netamente conscientes de la elección que estamos tomando. Cabe destacar que también podemos elegir aquello que nos hace mal, pero hagámonos cargo de la elección, para que después no jodamos a los demás con nuestros pesares como producto de las decisiones que tomamos. Y es que ocurre, que cuando identificamos que nos hace bien y que no, pues nos vamos volviendo mas conscientes, por lo que, desde ese estado de consciencia, nos podemos permitir tomar decisiones por lo menos mas acertadas y asertivas, así como elegir con quien juntarte, donde quedarte, donde irte y hasta quizá que comer.
Tenemos que estar en un estado responsable, donde nos permitamos identificar a los seres humanos de nuestro entorno y con ello elegir conscientemente los vínculos. En lo personal, me pasa que cuando conecto, converso o interactúo con ciertas personas, a veces, no me quedan sensaciones agradables, por lo que debemos asumir la responsabilidad de hacer algo al respecto – y no es buscar cambiar a esa persona, es ilógico – posicionándonos en primer lugar, porque eso también es estar bien con uno mismo.
Cuando estoy bien conmigo mismo, pues desde ahí estoy bien con los demás; y es que cuando ando de mal humor, con cara de mierda, pues simplemente todas las conexiones se pueden empezar a deteriorar, y eso es irritable, no solo para mí, sino peor aún, también para la persona que tengo en frente. Así que en mí caso, no pongo en nadie la responsabilidad de mi bienestar, esa responsabilidad le compete a uno mismo; aunque definitivamente habrá ciertos momentos en donde como seres imperfectos que somos, podamos y/o debamos recibir el bienestar que otros nos puedan otorgar, y eso también está bien.
En conclusión, estar bien con uno mismo nos conlleva a ser una persona mas equilibrada, dentro de los matices que nos puede permitir el uso de esta palabra como tal. Lo que es sumamente importante, es hacerse cargo de la búsqueda de aquello que nos hace bien, por lo menos a un nivel medianamente consciente, ya que ese podría ser el eslabón que nos permita llevar la vida al siguiente nivel. Dejo en claro, que tampoco debemos caer en el narcicismo acrónico que a veces algunos llevan por allí, porque definitivamente estar bien con uno mismo no conlleva o implica ser perfecto, alguien que nunca la caga o la ha cagado en su vida, y que si el resto no hace las cosas como uno piensa, dice o hace, pues eso lo desvaloriza inmediatamente como ser humano, ese no es el mensaje gente.
Finalmente, te animo a hacer una lista de aquellas cosas que te hacen bien y mejor aún, hacer la lista de las cosas que no te hacen bien – incluso yendo un poco más allá – hacer la lista de humanos que no te hacen bien; de entrada, te digo que no es fácil, porque definitivamente, incluso esa lista, puede tener nombres de los seres por los cuales puedes tener cariño, amor, aprecio o algún sentimiento positivo en juego, pero corresponde alcanzar ese grado de consciencia que nos permita seguir evolucionando como las personas que somos y buscamos ser, haciéndonos cargo de nosotros mismos.